sábado, 25 de abril de 2015

LA TRAGEDIA
 La tragedia es una representación teatral en la que los personajes se ven enfrentados a fuerzas misteriosas que operan en contra de ellos, causando inevitablemente su destrucción. Es una de las variantes que puede tener el género dramático. Su origen se encuentra en la antigua Grecia.
Uno de los primeros análisis que puede señalarse en lo que respecta a este tema se le atribuye a Aristóteles. En la Poética se aboca a definir a la tragedia y establecer cuales son los temas que se tocan en ellas. Pero más llamativo es la función social que le depara, a la que se denomina catarsis. Esta consiste en la purgación de sentimientos que se experimentan en el decurso de la obra.
De los autores de las primeras tragedias nos llega poca información. Algunos nombres relevantes son Tespis, Querilo, Pratinas y Frínico. No obstante, el autor fundamental que signó el derrotero del género, es sin lugar a dudas Esquilo. Así, estableció que la composición fuese dividida en tres partes, introdujo un segundo actor que hizo del texto una representación y utilizó por primera vez máscaras y coturnos. Su más grande rival fue Sófocles, quien lo venció en un certamen arbitrado. Este también introdujo algunos cambios importantes, como el monólogo y la escenografía. Otros cambios fueron provistos por Eurípides, el último autor que sobresale en esta etapa; entre ellos se destaca la complejidad psicológica de los personajes, que evoluciona según los eventos se suceden.
Luego de la mentada etapa clásica, la tragedia siguió su curso introduciendo variantes que la hicieron muy distinta de sus orígenes en lo que respecta a la forma. No obstante, siempre conservó los elementos temáticos que refieren a un destino aciago contra el que se lucha infructuosamente. Estos aspectos recurrentes hicieron que el término “tragedia” se utilice más allá de la literatura, principalmente para dar cuenta de situaciones indeseables y que producen dolor.

Historia

Tragedia latina

La primera tragedia latina la compuso Livio Andrónico y se representó en la vieja Roma en el año 514 de su fundación en tiempo del consulado de Cayo Claudio Cento y M. Sempronio, unos ciento sesenta años después de la muerte de Sófocles y Eurípides y doscientos veinte años antes de la de Virgilio.

Tiempos modernos

Entre los tiempos modernos no reapareció la tragedia hasta la época del Renacimiento y aun por traducciones o imitaciones de la antigüedad. Cierto que se encuentran algunos ensayos en lengua vulgar, sobre todo, en Grecia, desde los siglo XIII al XVI pero es indudable que la primera tragedia regular es Sofonisba, compuesta por Trisino y representada en Roma en 1515. En 1552, el poeta Jodelle, el primero en Francia, hizo representar la tragedia de su invención Cleopatra cautiva. Robert Garnier (1544 - 1590), Hardy Durier, Jean Mairet y su ejemplo hasta que en 1635 apareció Corneille, con su primera tragedia Medea, siguiéndole después Racine que elevó a la perfección el restaurado género. Entre los autores modernos que más se han distinguido en la tragedia hay que citar:
  • en España a Lope de Vega y Calderón de la Barca que compusieron verdaderas tragedias a pesar de titularlas comedias. También a Quintana, Cienfuegos, Huertas, Jovellanos, Martínez de la Rosa, Tamayo y Baus y Ventura de la Vega.
  • en Francia, los ya citados Corneille y Racine, además de Crebillon, Voltaire, Lemercier, Casimir Delavigne.
  • en Italia, Metastasio, Alfieri y D'Annunzio.
  • en Inglaterra, Shakespeare, Ben Jonson, Marlowe, Otway, Dryden, Addison.
  • en Alemania y Austria, Goethe, Schiller, Grillparzer.
  • en Dinamarca, Enschlager.
  • en México a Sergio Magaña, Rodolfo Usigli y Héctor Azar.
 


Partes de la tragedia griega

Aristóteles en su Poética señala que las partes de la tragedia se dividen en prólogo, episodio, éxodo, y la parte del coro que se divide a la vez en párodo y estásimo. El prólogo precede al párodo del coro. Después vienen siete episodios entrelazados por cada estásimo para concluir con el éxodo, intervención del coro que no es cantado. En cuanto al estásimo, es un canto de coro sin anapesto ni troqueo.
  1. Prólogo: Según Aristóteles es lo que antecede a la entrada del coro. Las características generales son: se da la ubicación temporaria y se une el pasado del héroe con el presente; pueden participar tres actores pero sólo hablan dos y el otro está mudo o puede ser un monólogo. Se le informa al espectador el porqué del castigo que va a recibir el héroe y en esta parte no interviene el coro.
  2. Párodos: cantos a cargo del coro durante la entrada por el párodo izquierdo presidido por un flautista. En esta parte se realiza un canto lírico, se dan danzas de avance y retroceso; se utiliza el dialecto dórico (más adecuado a los cantos corales debido a su musicalidad).
  3. Episodios: pueden ser hasta cinco, hay diálogo entre el coro y los personajes o entre personajes; es la parte más importante por ser la dramática por excelencia y expresa el pensamiento e ideas del personaje. Dentro de los episodios se pueden encontrar los agones, los cuales son pasajes en los que el protagonista se enfrenta dialécticamente con otro personaje.
  4. Estásimo: es la parte lírica-dramática donde el autor expresa sus ideas políticas, filosóficas, religiosas, etc.; hay de tres a cinco, es la segunda entrada del coro y en esta parte no danza. Los episodios son siempre separados por los estásimos. Estos mismos pueden estar divididos en estrofas y antiestrofas, las cuales son siempre pronunciadas por el coro, aunque en la festividad griega antigua, las antiestrofas eran dichas por un Corifeo (un representante del coro).
Éxodo: es la parte final de la tragedia, hay cantos líricos y dramáticos, el héroe reconoce su error y es castigado (a veces con la muerte) por los dioses, sufriendo el pathos y muchas veces convirtiéndose en el pharmakon (el remedio para el mal). Es aquí donde aparece la enseñanza moral. El éxodo, como los estásimos, siempre lo pronuncia el coro o el Corifeo.


Con origen en el concepto latino dialŏgus (que, a su vez, deriva de un vocablo griego), un diálogo describe a una conversación entre dos o más individuos, que exponen sus ideas o afectos de modo alternativo para intercambiar posturas. En ese sentido, un diálogo es también una discusión o contacto que surge con el propósito de lograr un acuerdo.
Diálogo
Un ejemplo de este significado que tiene la palabra que nos ocupa podría ser el que exponemos a continuación: “Los dirigentes de los dos partidos políticos más importantes del país establecieron un intenso diálogo para intentar encontrar una solución y establecer así un acuerdo con el objetivo de mejorar la situación económica”.
Por otra parte, el diálogo se puede describir en el marco de una obra literaria, en prosa o en verso, en la cual se arma una conversación o surgen controversias entre dos o más personajes. Se utiliza como tipología textual en la literatura cuando aparecen dos personajes que hacen uso del discurso diegético y actúan como interlocutores.
En este ámbito literario, tenemos que subrayar la existencia de un autor que estableció el diálogo como género. Este no es otro que el filósofo griego Platón quien cuenta con una interesante obra que se clasifica en cuatro categorías en función de la etapa de su vida a la que corresponden.
Así, en primer lugar estarían los diálogos socráticos que son los textos que realizó durante su juventud y que se centran en cuestiones de carácter ético. En segundo lugar están los trabajos de transición que giran entorno a la política, y la tercera categoría corresponde a lo que son los diálogos críticos que fueron realizados durante su madurez y que se caracterizan porque en ellos habla sobre los mitos y las ideas.
Finalmente la cuarta categoría es la que engloba a los llamados diálogos de vejez. En ellos no sólo vuelve a plantear cuestiones ya protagonistas de anteriores trabajos sino que también apuesta por abordar nuevas temáticas como, por ejemplo, la medicina y también la naturaleza.
Asimismo tampoco hay que olvidar que, a lo largo de la Historia, muchos son los escritores que han utilizado el término diálogo para titular unas obras en las que ellos mismos “conversan” con personajes importantes o con determinados elementos de nuestra vida diaria. Este sería el caso, por ejemplo, de Victoria Ocampo con Diálogo con Borges o de Gianni Vattimo con Diálogo con Nietzsche.
En su uso más habitual, el diálogo es una forma presente tanto en el discurso oral como en el escrito en donde se comunican entre sí dos o más personas. Se trata de un recurso válido y adecuado para intercambiar ideas por cualquier medio, ya sea directo o indirecto.
El diálogo puede ser tanto una conversación amable como una violenta discusión. De todas formas, suele hablarse del diálogo como una exposición e intercambio de pensamientos donde se aceptan las posturas del interlocutor y los participantes están dispuestos a modificar sus propios puntos de vista. Por eso existe un consenso sobre la necesidad de diálogo en campos como la política, por ejemplo.





Se dice que la voluntad de poder y el autoritarismo tienden a excluir al diálogo, ya que pretenden que su verdad sea la única válida y desacreditan las opiniones de los oponentes, en un intento por fortalecer su dominio.
El diálogo genuino intenta buscar la verdad y fomentar el conocimiento sin prejuicios, a diferencia de la retórica que busca persuadir y convencer a través de una manipulación de la opinión.


Principales trágicos griegos.
Sin duda, tres de los trágicos más grandes de la historia de la literatura son Esquilo, Sófocles y Eurípides. Cada uno, imbuido por los sucesos de su tiempo supo plasmar en sus obras las emociones, las angustias, las dudas y las pasiones de los hombres de su época, con exquisito talento.
Entre el siglo VI y V a. C vivió Esquilo. Este hombre, nacido en la ciudad de Eleusis, fue muy temeroso de Zeus. Los personajes de sus obras se mueven según los designios de este dios del Olimpo, y por una aguda fatalidad.
Esquilo luchó contra los persas en las batallas de Maratón y Salamina.
Introdujo las primeras reformas dentro de la estructura de la tragedia. Escribió 7 obras, de las cuales solo se conservan 5: La Orestíada; Las Suplicantes; Los Persas; Prometeo encadenado y Los siete contra Tebas.
Sus personajes dramáticos parecen tallados en bloques de granito. Su personalidad adusta no conoce términos medios, pues las figuras del teatro de Esquilo, de principio a fin permanecen idénticas a sí mismas: mueren o triunfan.
Sófocles nació en el 496 a. C en Colono, localidad cercana a Atenas. Si bien las informaciones acerca de su vida son relativamente escasas, es evidente que gozó de un gran prestigio entre sus compatriotas, conforme a numerosos registros históricos que narran como era su vida como ciudadano. Sófocles fue quizás, el que mayor supo reflejar en sus obras, los principios y dilemas espirituales de la Grecia clásica del siglo V a.C., cuando Atenas se hallaba en su máximo esplendor político, económico y cultural.
Hijo del acaudalado Sifilos, cuando solo contaba con 16 años llegó a ser encargado de dirigir un canto de gracia a los dioses por la victoria de la batalla de Salamina, contra los persas. Posteriormente se desempeñó en distintos cargos oficiales. En el 440 a.C. fue elegido como uno de los 10 estrategas o jefes militares del Ejército ateniense, y en calidad de tal participó de varias expediciones. Fue un estrecho colaborador del gobernante Pericles y del historiador Heródoto. Además asumió dignidades religiosas.
De todos modos, su reputación se sustentó fundamentalmente en la actividad teatral, a la que se dedicó toda su vida. En el 448 a.C. derrotó por primera vez al ya anciano Esquilo en el festival dramático anual. Obtuvo la victoria, cuanto menos en otras veinte oportunidades.
Sófocles estableció varias modificaciones en la forma tradicional de la tragedia fijada par Esquilo. Sustituyó las trilogías encadenadas por las libres (compuestas de tres piezas conexas, pero completas en sí mismas).
De Los 123 dramas se conservan solo siete: Ayax; Antígona; Edipo Rey; Las Triquinias; Filoctetes; Edipo en Colono y Electra.
Cabe destacar que el teatro de Sófocles siempre fue fiel a una determinada concepción del mundo, según la cual éste se halla regido por leyes eternas, encarnadas en sus obras por los dioses, a las que los hombres se encuentran sujetos. A diferencia de Esquilo, no centró su teatro en la inexorabilidad del destino, sino que destacó la capacidad humana para asumirlo y llevar una vida ligada a principios éticos. Para él no existía conflicto entre la necesidad cósmica y la libertad individual. La mayoría de sus personajes (Electra, Antígona, etc) ilustran la tesis de que es preciso soportar con nobleza las adversidades y los sufrimientos; y realzan la grandeza de la voluntad que se enfrenta a las consecuencias. Los protagonistas son de carne y hueso. No luchan contra los obstáculos exteriores o la fatalidad, sino contra las debilidades del corazón. Sin embargo, pese a todo, el idealismo de Sófocles, muchas veces influenciado por los héroes homéricos, fue capaz de crear adalides más que convincentes.
Sófocles murió en Atenas en el 406 a. C. Fue elogiado por Aristóteles que hizo de su obra el modelo de la tragedia clásica, como el mayor de los dramaturgos griegos. Su obra puede considerarse la fuente de todo el teatro occidental.
 
 
 
Eurípides vivió en una época de la cultura griega dominada por una profunda crisis. Esta crisis puso en peligro, y en algunos casos llegó a destruir, los valores que hasta ese entonces habían sido considerados como inmutables: el Estado, la cultura y la religión. Vivió en el momento más crítico de la evolución histórica de Grecia, durante la Guerra del Peloponeso.
Las tragedias de Eurípides reflejan, no sólo los cambios coyunturales de la nación, sino también el terrible cambio espiritual que se estaba gestando en Atenas, durante la segunda mitad del siglo V a.C.
Así como Ibsen, Nietzsche o Bertolt Brecht supieron retratar la profunda crisis del mundo contemporáneo, Eurípides fue el espíritu de su época, llamado a expresar en su obra la situación del hombre griego y la decadencia de un imperio.
Hasta bien entrado el siglo V a.C., la ideología dominante en toda Grecia era la concepción aristotélica de la vida, el "Ideal Dórico-délfico", encarnado principalmente en Esparta, en lo que se refiere a la política; y en Delfos, en lo que respecta a la religión (de hecho, la forma más antigua de tragedia fue la prolongación de la lírica coral doria).
Dos rasgos caracterizaron esa mentalidad: la sumisión del individuo a la colectividad y la limitación humana frente a Dios. Sin embargo, poco a poco, al lado de esta concepción un tanto arcaica si se quiere, comienza a desarrollarse una doctrine existencial mucho más libre y optimista. Será el legado del "espíritu jónico", que permitirá la elaboración de atrevidas síntesis, con un alto grado de valoración individual.
El ideal jónico se ocupó también de estudiar las costumbres de otros pueblos, llegando en algunos cases, a conclusiones relativistas sobre el valor de lo bueno y lo malo, lo decente y lo indecente, lo justo y lo injusto.
Otra característica propia de este espíritu fue el inicio de la reflexión sobre el hombre como tal, el investigarse a sí mismo. Sin duda fue un movimiento revolucionario para la época, con el que Eurípides logró identificarse y mediante el cual pudo ir tejiendo la trama de sus obras. Podría decirse que la generación a la cual perteneció este gran dramaturgo fue una generación "quemada", llena de desengaños. Esto se traduce en las tragedias de Eurípides. Sus personajes no creen ya en la grandeza humana. Se han acostumbrado a penetrar en el corazón humano, y no han sabido encontrar allí más que pasiones desbocadas, crueldad, ambición, etc. Y esa desconfianza en el hombre actual, no sólo se materializaba en tiempo presente, sine que también se retrotraía al pasado y se proyectaba hacia el futuro.
Para referirnos a la vida de Eurípides es necesario basarnos en fuentes de diversa procedencia. En Sátiro, que vivió en el siglo II a.C., o en eruditos romanos como Aulo Gelio y Varrón. Durante la edad bizantina, la Suda dedicó su atención a este autor (noticias de Eurípides proceden de Filócoro, léxico que vivió en el siglo III d.C).
Existen también fuentes epigráficas. La más importante es el llamado "Mármol de Paros", descubierto en el siglo XVII. Incluso hay testimonios literarios que proceden de la comedia; más concretamente, de las obras de Aristófanes, el gran detractor de nuestro trágico. Sin embargo tales testimonios deberían tomarse con precaución, ya que los métodos empleados por la comedia ática son conocidos: los hechos son vistos como a través de un lente que desorbita la realidad objetiva, convirtiendo muchas veces en algo especial aquello que en verdad es insignificante. De hecho, lo que construyen las comedies son caricaturas.
Aristófanes fue el gran opositor de Eurípides, pues veía en el poeta trágico, al representante típico y el portavoz de las "nuevas ideas" que invadían y contaminaban al mundo ateniense.
Cuentan todos estos testimonios que el padre de Eurípides se llamaba Mnesarco o Mnesarquides y su madre, Clito. Según las fuentes más antiguas, su padre era un tendero al por mayor, y de acuerdo con algunos pasajes aristofánicos, su madre verdulera. La exquisita educación que recibió nos permite suponer que su familia era acomodada (Eurípides fue el primer intelectual griego que dispuso de una biblioteca particular). Era un espíritu melancólico, poco amigo de las multitudes, y del bullicio de la vida mundana. Pasaba largas temporadas en una cueva de Salamina, isla donde sus padres tenían algunas propiedades.
Sin embargo, este ostracismo "auto-impuesto" no le impidió seguir con suma atención los hechos de su tiempo. Fue un lector apasionado de los grandes filósofos de la época: Arquelao, Anaxágoras, Pródico, Georgias, etc. Y al parecer fue muy amigo de Sócrates, del que ciertos testimonios dicen que colaboró en la elaboración de algunas de sus tragedias. Hacia el final de su vida, el poeta recibió la invitación del rey Arquelao de Macedonia, aunque poco y nada se conoce de su paso por la corte.
Un rasgo típico de la literatura clásica griega es el hecho de que muchos escritores se limitaban a cultivar un solo género, y Eurípides, trágico por vocación y convicción llegó a ser autor de innumerables tragedias. Compuso también algún epigrama y un canto triunfal, además de los dramas satíricos que contribuían al cierre obligado de las trilogías, que los trágicos presentaban en concurso.
Los antiguos le atribuyen 92 tragedias, de las cuales solo 17 se conservan: Alcestis; Andrómaca; Bacantes; Electra; Hécuba, Helena; Heracles loco; Heráclidas; Hipólito; Jon; Ifigenia en Aulide; Ifigenia en Táuride; Cíclope; Medea; Orestes; Fenicias; Reso; Suplicantes y Troyanas.
Dentro de las innovaciones introducidas por Eurípides se destacan los prólogos netamente narrativos y los coros (ejecutados por mujeres). En todos ellos desarrolla una verdadera lucha dialéctica entre los personajes de la obra. Modificó la técnica del deus ex machina (procedimiento del héroe salvador: personaje que pasa casualmente por el lugar de la escena, ya sea para resolver una situación cuando ya todos creían que no había solución o bien, para justificar la conducta de un personaje dentro de la obra).
Podemos observar en las obras de Eurípides, un marcado racionalismo. La tragedia eurípidea deja traslucir cierto perfil del autor como magnífico psicólogo de su época. Pues supo penetrar en lo más recóndito del corazón humano, hurgando en sus miserias y sus pasiones. Pareciera que sus héroes han perdido por completo la confianza en sí mismos; dan un paso adelante, para retroceder luego dos pasos atrás. El pesimismo es otro rasgo característico de nuestro poeta. Fue precisamente esto lo que lo condujo a realizar un análisis tan hondo y exhaustivo de la naturaleza humana. Y lo que vio de los hombres fue el reflejo de seres atormentados por la pasión; seres embarcados en la búsqueda acuciante y sin tregua de paz consigo mismos (...o de la paz interior).
Hay en sus obras un alto grado de realismo psicológico; los grandes héroes de la mitología se convierten en las tragedias de Eurípides en hombres tal cual son, con virtudes y falencias.




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Fuentes de informacion:
 
http://es.wikipedia.org/wiki/Tragedia

 http://definicion.de/tragedia/

 http://www.almargen.com.ar/sitio/seccion/literatura/tragedia/

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